6/16/2011

The Bridge House. Rhythm & Blues from Mexico City...


Uno de los secretos mejor guardados de El Clan fue develado el pasado 28 de Junio.
The Bridge House, agrupación dedicada a los ritmos negros en general y el Rhythm & Blues en particular. Integrada por músicos con algunos años de experiencia en diferentes escenas y un joven armonicista que encontraron vagando en el metro de la Cd. de México. Estos devotos de Howlin’ Wolf y Muddy Waters han comenzado sus andanzas dentro del mundo del R&B cobijados por la Sociedad Mod & Soul de México que les recibió con gusto en la pasada IN n’ OUT.

Las voces de Jimmy Reed, Bobby Bland, Ray Charles, Cyril Davies e incluso Brian Auger, encuentran un nuevo acento a través las interpretaciones de estos bluesmens mexicanos que nos muestran con orgullo que el negro es su color...


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One of the top secrets of El Clan was unveiled last June 28.
The Bridge House, a band dedicated to the black rhythms in general and the Rhythm & Blues in particular. Integrated of musicians with several years of experience in different scenes and a young harmonica player who found wandering in the Mexico City underground, these devotees of Howlin 'Wolf and Muddy Waters have begun their adventures in the world of R&B sheltered by the Sociedad Mod & Soul de México welcomed them warmly at the last IN n' OUT night.

The voices of Jimmy Reed, Bobby Bland, Ray Charles, Cyril Davies and even Brian Auger found a new accent through the interpretations of these mexican bluesmens proudly showing us that black is their color.
The Bridge House a name that we'll remember...


Info:
http://www.facebook.com/bridgehousernb
http://www.myspace.com/bridgehousernb




6/12/2011

”Capitol, el Sonido Joven de México le da la bienvenida a Tamla Motown, el Sonido Joven de América”


V.A. – “Presentacion Tamla Motown…”
Tamla Motown TAM – EPROM-001, Mexico

Rompiendo con cualquier pronóstico y expectativa en tiempo record, a menos de una década de su fundación la factoria Motown se consolidaba como el “Sonido Joven de America” y bajo esa etiqueta se decidió a conquistar el mundo. Hacia 1968 el pequeño sueño de Berry Gordy se había consolidado como una verdadera institución, un pequeño imperio que acomodaba No’s. 1 en las listas de éxito cada semana y, es por aquel entonces cuando Discos Capitol de Mexico se interesa en el fenómeno multihits de Detroit y se decide por adquirir los derechos para prensar los éxitos de Hitsville en la ciudad de Mexico. Ya un par de años atrás RCA había probado suerte con un par de lanzamientos que con el paso del tiempo se han convertido en una pesadilla debido al escaso tiraje y los excelentes títulos; no asi la serie promovida por el autonombrado “Sonido Joven de México” que abarroto los estantes con una larga lista de lanzamientos en diferentes presentaciones, ya fuesen singles, EP´s, LP’s, Maxi singles, color discs, ediciones especiales con poster o tipo libro y claro, ediciones promocionales.
Esta larga lista de discos editados en México vio su génesis a través de este curiosos promo que en voz de Víctor Barrios Mata, una conocida voz de la radio mexicana, y bajo el slogan ”Capitol, el Sonido Joven de México le da la bienvenida a Tamla Motown, el Sonido Joven de Norteamérica” pretendía abrirse paso entre el gusto del público y ganar un espacio en los hogares mexicanos.
Ambos lados son una delicia. Comenzando por los artistas que integran el disco: the Supremes, the Temptations, the Four Tops, Stevie Wonder, Martha & the Vandellas, Marvin y Tammi, Jr. Walker y Gladys Knight & the Pips. Complementados por la serie de referencias regadas por el señor Mata, datos como la ubicación de los estudios de grabación, su éxito alrededor del mundo, el genio de Gordy y anotaciones sobre cada uno de los intérpretes integran el Extended. Cada intervención del locutor está salpicada por alguna curiosa acotación que inevitablemente despierta el interés del escucha; y claro, para no romper la tradición de traducir los títulos al español, también es posible escuchar los nombres con que bautizaron algunas de las canciones y echarse un par de risas.
Con todo esto no cabía duda que Capitol no dejo nada al aire para promocionar su nueva inversión (inversión por demás temeraria tomando en cuenta el escaso interés por la música negra en este país), pues arremetía con la artillería pesada de Motown en la primer tirada y por si fuera poco nombres como the Elgins, Chuck Jackson, Smokey Robinson y the Marvelettes pasarían a formar parte del catalogo en breve. Un trabajo muy completo, sin duda.
Al final, debido al número de lanzamientos (más de 50 EP’s hasta nuestro conocimiento) y el gran tiraje de algunos de ellos, solo nos queda la divagación e interrogante sobre el posible interés que la música negra, y el sonido Motown en particular, alcanzaron a generar dentro del público mexicano.

6/09/2011

Kiko Amat. El amigo cercano... Pt. 2


Segunda parte de la entrevista que realizamos a Kiko Amat, en esta ocasión enfocada mayormente a su labor como escritor y aderezada con algunas recomendaciones musicales, fílmicas y demás.
Desde aquí nuestro agradecimiento a Kiko por su tiempo y la honestidad en sus respuestas.

Que lo disfruten…


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Háblanos sobre tu primer fanzine y los subsecuentes… ¿Qué escribías además de reseñas de discos?
Bueno, no puedo hablarte de todos los que he realizado, porque son legión. Pero mi primer fanzine propio se llamaba Rowed-Out!, y lo hacía junto a mi hermano, y era mod, punk, teenager y garajero. Esto era de 1988 a 1990, cuando yo tenía 17-18 años. Hablábamos de discos y grupos que nos chiflaban (Sorrows, Eyes, Creation, Downliners Sect, SLF, The What For?, The Beatpack, Los Mescaleros...), pero también (cuando empezaba a sentirme asqueado por la deriva luterana de los mods 90’s) de nuevos cultos a formar (Flower-punks, los llamamos), y también habían artículos humorísticos muy parecidos a los que escribo hoy. Estaba hecho con máquina de escribir, tijeras, y pegamento en barra Prit, y luego fotocopiado. Era el fanzine favorito de bastante gente, asumo que por la perspectiva salvaje y jocosa, y el tono de bulla y mofa que desprendían muchos de sus artículos.

¿Cómo brincas de ese pequeño soporte a las narraciones extensas?
Muchos años y fanzines y colaboraciones en alguna revista mainstream después me marché a vivir a Londres, en 1997. Allí empecé a escribir un diario, que fue adquiriendo perfil narrativo según pasaba el tiempo. Cuando lo terminé, me sentí preparado para empezar una novela; tenía 30 años. El resultado fue El día que me vaya no se lo diré a nadie. A Jorge Herralde (de Anagrama) le gustó, porque después de todo ostentaba los referentes que él había amado siempre (Brautigan, Colin McInnes, Susan Hinton) y decidió publicarme.

¿Cómo fue la experiencia de publicar tu primer libro?
Una vaga sensación de “tenía razón”, de que esto era lo que tenía destinado hacer desde mi infancia. Tardé un poco en llegar, porque tomé unos cuantos desvíos (en su mayoría onerosos), pero al final lo hice. Asimismo, entonces aún no sabía que lo peor, lo dífícil, estaba por llegar, y que mi debut había sido escrito con la suerte e intuición del principiante. Tuve que aprender a desechar mucho para realizar Cosas que hacen BUM. Creo que allí empecé a aprender a escribir narrativa. El día... había sido a shot in the dark, que dicen los ingleses. Salió más o menos bien, pero fue pura fortuna.

¿Dos libros después has dejado de considerarte un escritor por accidente? Lo menciono porque Rompepistas no es una obra fortuita. De hecho, me parece tu mejor trabajo hasta el momento y uno de los retratos más auténticos que he leído sobre la calle y los que la vivimos (al menos, desde esta perspectiva)…
No. Soy un escritor de verdad, y con un par. Lo de “por accidente” lo digo solo para que no me confundan con los ex-estudiantes de educación privada y título de literatura comparada, y para que quede claro que vengo de otro lado. Rompepistas es un reflejo de ese lado: botas y tirantes, parkas, tupés y centraminas. Pero soy escritor, pienso como un escritor y llevo todos los estigmas de la tradición. Paso la mayor parte de mi vida aislado, escuchando a Red House Painters y escribiendo, sin conexión alguna (en tiempo real; que no emocional) con el resto de la gente. Por eso mismo, si algún día no les saludo, no se lo tomen mal: en ningún caso es arrogancia, sino ensimismación y falta de costumbre en el trato con bípedos habladores.

Después de la trilogía ¿qué hay en tu futuro próximo? ¿Cuáles son los próximos proyectos literarios, musicales, fanzineros y tal?
Mi nueva novela se llama Eres el mejor, Cienfuegos. Está escrita y ya reposa en las manos de mi editor. Saldrá en enero del 2012. Mi libro de ensayos musicales se llama Mil Violines y saldrá en una semana, en España. El 10 de junio, concretamente.

Eres un apasionado confeso de la ropa ¿Cuál es el mejor look, según Kiko Amat?
Lamento decepcionaros, pero ya no soy nada apasionado (práctico) de la ropa. La ropa me importa un comino hoy, y sería feliz el resto de mi vida con unos Chinos, unos mocasines de tela y unos cuantos cientos de camisetas de grupos. Dicho esto, el look que diseñó Dios es el look Ivy.

Tres escritores y porque esos tres…
Francisco Casavella por la elasticidad, el ritmo y el lenguaje. Raymond Chandler, por la pegajosidad y la elegancia chulesca. Jim Dodge, por la empatia y la bondad. Joe Heller por el humor amargo. Vonnegut por la voz infantil y la honestidad. Jardiel por el rostro y la ingenuidad. Nik Cohn por la elasticidad, también, y la emoción. Sam Lipsyte y Wodehouse por la carcajada.

Confesiones y recomendaciones. Los indispensables para Kiko Amat:
Un disco: Too-Rye-Ay, Dexys. Smashed, Mose Allison. I just can’t stop it, The Beat. Setting sons, The Jam. La Varieté, Weekend. Monkey business (Trojan), 60’s punk, Kent Records.
Un libro: Sometimes a great notion, Ken Kesey
Una película: Billy Liar, Kind hearts and coronets, A matter of life and death, From here to eternity, Sunset Boulevard.
Una banda: The Fleshtones, The Beat, Dexys, Jam, Specials, Who, Jasmine Minks, The Claim, McCarthy, Purple Hearts, Byrds, MC4, Weekend, Alison Statton, toda la Motown y el southern soul, y el deep soul y el folk-rock...
Un cantante: Mose Allison, Laura Nyro, Kevin Rowland,
Una cita: la letra entera del “Let’s make this precious”: especialmente lo de abandonar toda tentación para poder vencer.

Por último, las gracias por tu tiempo, el espacio es tuyo. Un comentario final, por favor…
¡Viva el 15-M!

6/01/2011

Kiko Amat. El amigo cercano... Pt. 1


“Cosas que hacen BUM” y “Rompepistas” son las últimas dos novelas del escritor catalán Kiko Amat, un nombre que en los últimos dos años ha cobrado fuerza en Mexico, y hablo específicamente dentro de la escena Mod/Reggae donde la pandilla Skinhead y los jóvenes Mods capitalinos han encontrado un vinculo con los personajes de las novelas. Además el blog/fanzine “La Escuela Moderna” que Amat dirige junto a su hermano, al igual que su página web Bendito Atraso son preferidos del público mexicano y un básico virtual para muchos de nosotros.
Por todo esto la intención de aplicar un interrogatorio al escritor catalán estuvo siempre presente, sobre todo la de indagar sobre su pasado Mod y la influencia que este tuvo en él (reflejo que muchos avistamos en sus textos) amen de su pasado fanzinero sin dejar de lado su producción literaria. Sus respuestas. Sinceras, explosivas y extensas son del tipo que nos gusta publicar dentro de Friday On My Mind

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Háblanos un poco de ti, cuéntanos algo que no esté al reverso de un libro o flotando en la web. ¿Quién es Kiko Amat?
Un tipo con notable sentido del humor a pesar de (o precisamente gracias a) la dolorosa concepción del propio patetismo, vanidad, fragilidad y miseria, un señor mayor, un tipo normal (aunque con demasiados discos y libros), un escritor entusiasta, un padre de grotesca fachada exterior aunque vasto corazón, un ex-mod 80’s, un amigo de los skins y los punks, un gordo en ciernes (todo se andará), escaparate de tatuajes inmundos, anglófilo y alfeñique (las dos cosas de nacimiento), y un tío locuaz, en general, al que le gusta estar en bares y abrazarse y reír con gente que no es nada, que es solo gente, y un señor que por tanto no se pasa el día enarbolando intelecto-estudios-afiliaciones-proyectos. I suffer no fools gladly, amigos.

¿Cuál fue tu primer acercamiento al universo de los detalles imperceptibles, de los grandes soundtracks y las obsesiones? y lo más importante… ¿cómo fue?
Mi visión está en un artículo que publicamos en La Escuela Moderna llamado “Los años del frescor”, y que habla precisamente de la aparición mariana que representó para mí el avistar a los primeros mods de mi pueblo en 1985, y los cinco años de intensa (aunque crítica) actividad partisana en el modismo ochentas (un culto que, por otro lado, no se parece en casi nada al actual). Pero era anglófilo desde cuarto o quinto de EGB, no sabría decir por qué. De aquello –el modismo- conservo algunos tics y querencias, entre ellas la atención al detalle (no sólo estético), a la belleza, a la tradición y la pureza de emoción. Los referentes externos desaparecieron con el pasar de los años, si exceptuamos las camisas button-down y una Vespa geriátrica que llevo desde que tenía 19 años. En lo demás tan solo soy un amigo cercano de esa subcultura, aunque distanciado y nada militante, y desde luego nada incondicional.

¿Cómo era la vida de un Mod de extrarradio en los años 80’s?
Yo lo recuerdo como una vida con completa sensación de pertenecer, y de vida de pandilla, tanto con los mods de Barcelona como con mis amigos skinheads de Sant Boi. Durante unos años, esa gente era mi familia, y pasé junto a ellos tantas horas, tantas desgracias y alegrías, y tantos momentos extremos e inolvidables y cambia-vidas, por una u otra razón, que no creo exagerado afirmar que nadie en el mundo me conoce mejor que mis viejos amigos de adolescencia. Conservo la memoria y la pena y la exultación de mis diecisiete años en el lugar más limpio de mi alma. Si te referías a vida cotidiana, yo lo recuerdo como fiestas, fanzines, anfetas, discos, instituto, novias y un montón de excéntricos y fascinantes tipos que ya no existen y nunca volverán.


¿Qué ha cambiado de aquel entonces a la fecha?
Para empezar, los mods (no tanto los skinheads o rockers, que sí pueden envejecer) deben ser jóvenes. Me parece fantástico que la gente siga afiliada al culto a los 40 (por melancolía, por amigos, porque para ellos significa otra cosa, porque se casaron a los veinticionco y ahora –post-divorcio- quieren volver a sentir algo de aquella veloz y bonita pertenencia), pero de la forma en que yo lo viví, las creencias que llevaba adscritas el asunto no eran el amor a un determinado set de sonidos, o a una época, sino unas –por completo- autocombustivas pasiones por la propia juventud (en mi época no encontrabas a nadie mayor de 22 en los mod clubs; el tío más viejo de toda la escena tenía 25 años, y para nosotros –que teníamos entre 17 y 19- era casi Matusalén), y la furia, y religiosidad, y beligerancia perenne, que son radicalmente insostenibles pasados unos años. Esto es así, y de hecho era lo bello del tema, para mí: amar algo con tanta intensidad no puede perpetuarse siempre, no puede congelarse en su concepción inicial, con toda esa hermosa inocencia (la inocencia es lo primero que suele perderse en las subculturas, al pasar unos años). Por añadidura, yo era mod de extrarradio, y ochentas: por tanto en el cóctel hay que añadir un comportamiento semi-delincuente y pendenciero de banda que sí deja de ser digno (o llevable) pasados los veinte. Ahora tengo 40 años: me chiflan los discos, pero nunca los clubs (odio los clubs, de cualquier persuasión), me importa un pimiento la ropa (y me aburro como una ostra cuando alguien me habla de ella), me paso la vida en calzoncillos escribiendo historias en una habitación oscura, y cuando emerjo de ella solo quiero estar con mi familia y mis hijos, o con mis amigos más queridos platicando apaciblemente (o furiosamente) en bodegas, o leyendo libros magníficos en mi chaise longe. Si lo dicho no suena muy mod es porque, obviamente, no lo es. Ni ganas.

¿Qué tanta influencia tuvo en tu vida tuvo el haber sido Mod?
Total. Aunque jamás lo consideraría algo deseable para mis hijos. Me explico: en mi caso, lo mod fue mi primera salvación, y eso no es lo mismo que decir que sea algo recomendable para todo el mundo. Para mí y para mucha otra gente semi-dañada que conocí -nerds y freaks y pésimos atletas y acomplejados y tísicos del mundo- la afiliación a vida o muerte subcultural fue la gran tabla de salvación, redención, orgullo, pasión y dirección de nuestra juventud. Pero que te parezca sensacional encontrar una balsa (bonita, encima, y no extraviada) en medio del oceano no es lo mismo que decir que desearías volver a estar naufragando en busca de algo flotante entre los tiburones. Preferiría tener menos traumas y gilipolleces en la cabeza, en resumen, que reencontrar lo mod. Pero las cosas no iban a ir así, y la iluminación modernista me salvó, es cierto. Pero no me hizo mejor persona, no creo (otros encuentros y aprendizajes servirían esa función). Creo que en ese sentido lo mod es una religión que suele (o solía) cincelar a tíos excepcionalmente fascinantes, con ideas e imágenes afiladas e intensas, individualistas que harían cosas elevadas y puras, pero que no estaban muy bien dotados en la empatía o el arte de amar, o dejarse amar, o confraternizar con otros humanos. Ese es el punto flaco de la modidad, en cuanto a pack de ideas: como coraza, inspiración y endurecedor espiritual, el modismo es una maravilla, pero como escuela de la vida posee muchas minusvalías, y siempre termina siendo una cosa de “la gente es imbécil porque no conoce a Slim Harpo; yo soy la monda porque sí lo conozco”. Pero la gente no es imbécil, y si lo es seguro que no es por Slim Harpo. Las mejores personas que se han cruzado en mi vida no tenían un solo disco o pantalón hermoso; no eran maravillosos por eso, porque esas cosas no hacen que alguien sea mejor o peor persona. Son accesorios que sólo merecen mención cuando alguien sí tiene el alma y la mirada limpia. De no ser así, son solo posesiones sin trascendencia alguna más allá de la locura completista-acumulativa o la ostentación estéril.


Continuara...