1/27/2011

Editorial (Enero 2011)


Es inevitable hacer un recuento de los años y las experiencias que hemos acumulado. Para empezar porque la fecha de publicación de este fanzine siempre coincide con un nuevo aniversario y porque entre tanto ya acumulamos siete de esos.

Un recorrido que comenzó cuando apenas éramos unos adolescentes y que nos ha encaminado hacia una infinidad de destinos, nos ha permitido hacernos de amistades entrañables y, personalmente, me ha ayudado a crecer como persona. Creo que tomar parte en esta aventura me salvo la vida y probablemente esa la razón por la que me empeño en compartir esta dicha con los demás.

La parte interesante de este viaje es que se han sumado nuevos tripulantes que en su mayoría tienen la misma edad que contábamos cuando nos enrolamos en esta aventura. Vienen de diferentes lugares cuentan con diferentes influencias y han llegado a este lugar en común por diferentes razones. Se enfrentan ante un mundo desconocido que gracias a la tremenda cantidad de información basura que existe se presenta difuso y enredado. Su viaje ha comenzado entre una gran cantidad de opciones y una serie de mitos, tal como nos toco experimentarlo, pero cuentan con más herramientas de las existían hace siete años y podríamos decir que ya no hay pretextos.

Lo que quiero decir es que Mod no es un uniforme consistente en una gran chaqueta de color verde, una colección de nombres que pregonar por ahí, una vieja motoneta italiana o una chica con minifalda en la portada de un 45rpm. Es una actitud ante la vida, que se cimenta en el estilo como arma frente a un mundo cada vez más gris, se nutre de Muddy Waters, Jazz, Jack Kerouac, R&B, Secret Affair, Latin Jazz, Prince Buster, Jean-Paul Sartre, Ska, Julio Cortazar, Soul y que se protege dentro de un traje de mohair. Es la elegancia extrema en todo su esplendor. Ser Mod es todo eso y mucho más, y estoy seguro que muchos de estos jóvenes aventureros habrán de descubrirlo.

En mi caso, ser Mod es la experiencia más grande que he vivido nunca, y lo mejor de todo es que la vivo día a día. Cuando todo comenzó no paraba de repetir que nunca me bajaría de este carro, que sería Mod toda mi vida pero nunca me pude imaginar todo esto. Recorrer esta senda me ha impulsado incluso a cruzar el Atlántico y caminar por las calles donde alguna vez caminaron mis héroes. Aquella experiencia reforzó mi confianza y mi pasión por un estilo que considero el original, me reveló que las noches que celebramos mes a mes no distan mucho de lo que pasa en los mejores clubes del mundo (salvo que sus maletines están mejor nutridos por su saludable economía). Me demostró que estamos en la veta correcta y que hemos hecho bien las cosas. Estamos al otro lado del Atlántico pero contamos con el mismo entusiasmo y no nos hace falta estilo para derrochar.

Si bien esto es un aprendizaje constante y siempre seremos unos principiantes absolutos, creo que hemos sumado muchos créditos hasta el momento…

Moisés Underground

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